EL FANTASMA DE LA VIÑA


La zona de Hualqui, que antiguamente formaba parte del Partido de Puchacay, fue próspera en la producción de vinos durante la Colonia. Se cuenta que en cierta oportunidad uno de estos viñateros comenzó a recibir en los días previos a la vendimia la visita de un fantasma durante la noche. Quienes aseguraban haberlo visto lo describían como una criatura gorda y con inmensos cuernos. El dueño de la viña, aterrado por aquellas imprevistas apariciones, buscó entre sus peones más osados a objeto de que pudieran cuidarle las uvas, pero ni aún ellos se atrevían a realizar tal trabajo. Fue entonces que tuvo la buena idea de contratar a un muchacho a quien todos consideraban como loco, pues había nacido con cierto retardo mental  y que por lo tanto no tendría miedo de enfrentar a aquel fantasma.

            Y así ocurrió a la noche siguiente. Escondido tras los arbustos de la orilla  y llevando un inmenso garrote, el joven muchacho aguardó con ansiedad la aparición de aquel ser misterioso. No tuvo que esperar demasiado pues pronto apareció entre las sombras aquella figura espectral,. El muchacho esperó pacientemente que se aproximara a una de las orillas, y tan pronto lo tuvo cerca, salió de su escondite dando gritos y saltos llevando el garrote en alto con la amenaza de propinarle una paliza. Si resultaba raro ver un fantasma por aquellos lados, más aún en una viña, más raro fue verlo asustado de tanto alarido mientras intentaba huir con torpeza a través de las alambradas. En una de ellas quedó enganchado sin poder zafarse y de inmediato comenzó a recibir una lluvia de palos que lo obligaron a pedir auxilio. El muchacho, extrañado por los gritos angustiados del fantasma, tiró de  la sábana, y cuál sería su sorpresa al ver a una viejecilla agarrada de dos  inmensos canastos afirmados a dos palos. Eso explicaba la gordura y los cuernos que caracterizaban a aquel singular fantasma.



Esa fue la historia que después se supo y que la gente comenzó a divulgar por los contornos. Y esa también fue la historia que dio origen a la “Viña del Fantasma”, productora de unos vinos “de miedo”. De la pícara viejecilla nunca más se supo, tal vez porque comprendió que los verdaderos fantasmas existen para asustar a la gente y no para ser asustados, ni menos para robar uvas.-